Ayer nos dejó nuestro buen amigo y compañero Juan Carlos. Una rápida enfermedad nos lo ha arrebatado y nos queda una profunda tristeza y soledad.
Persona vitalista y comprometida, siempre dispuesto a echar una mano donde se necesitara. Nos queda esa sonrisa permanente que iluminaba su rostro hasta el último momento, el sonido de su inseparable trompeta, los numerosos momentos de alegría que nos regaló y el recuerdo de las jornadas de reuniones y encuentros que iluminaba con su presencia.
Un fuerte abrazo a Mariví, Marco y Carlos y a toda la familia EQUOnita. Siempre estarás con nosotras.