El compromiso del Gobierno con las personas refugiadas es insuficiente e insolidario

refugiadas_equo_siria_webDurante las últimas décadas, Europa se había consolidado como región receptora de inmigración y de población refugiada acogiendo a miles de personas que huían de las guerras, el hambre y de unas condiciones de vida inhumanas. En todo este proceso, España que siempre se había mostrado acogedora ha experimentado una evolución oscilante de personas solicitantes de protección internacional. Las estadísticas españolas quedan muy por debajo de los estándares europeos, especialmente en el número de solicitudes por cada millón de habitantes.

Así pues el compromiso del actual gobierno con las personas refugiadas es insolidario e insuficiente. Europa y España deben estar a la altura del sufrimiento de las personas y actuar en consecuencia más allá del reparto de cuotas, detrás de las cuales hay personas con nombre y apellidos. Por ello desde EQUO pedimos que se les dé la “bienvenida”, no que se pongan vallas de espinas en su duro camino.

Desde 2007 se ha observado un marcado descenso en las solicitudes de asilo, en parte motivado por el colapso de la economía española, pero también y tal como denuncian organizaciones de atención a las personas refugiadas a las dificultades del procedimiento, la falta de información, la carencia de intérpretes y de asistencia jurídica especializada.

A esto hay que añadir que el escaso número de concesiones del estatuto de refugiado y de protección actúa disuadiendo a las personas refugiadas de elegir España como destino. Por último la “legalización” este año por parte de la Ley Mordaza de las llamadas devoluciones en caliente evita la posibilidad de pedir asilo a las personas interceptadas, lo cual es una violación de los derechos humanos.

El conflicto en Siria y la situación en África han hecho aumentar las solicitudes de asilo en los últimos años, a pesar de la situación económica, por la enorme dimensión de la tragedia humanitaria y el éxodo de esas poblaciones hacia Europa. La esperanza de asegurar la seguridad y futuro para sí mismos y sus familias, especialmente en países donde la violencia es extrema, ha tenido un efecto en la evolución del número de solicitudes de protección en España: en 2012 hubo 2.588, mientras que en 2013 se recibieron hasta 4.502 – casi el doble, para caer nuevamente este año hasta las 3.614; en cualquier caso muy lejos de las cifras anteriores a 2007 donde se superaba con creces las más de 5.000 solicitudes.

El gobierno aún no ha aprobado el reglamento, a pesar de existir un borrador desde 2013, que detalla la Ley de Asilo aprobada en 2009; mientras tanto, se aplica el reglamento de la antigua ley.