La estrategia energética del gobierno apuesta una vez más por los combustibles fósiles, a pesar de un escenario global de avanzar hacia una economía baja en carbono. En Lima los gobiernos apuestan por reducir a cero las emisiones para 2050, mientras España sigue con viejas políticas energéticas
Un ejemplo son las últimas acciones como las prospecciones en Canarias o el impulso al fracking que supone la modificación de la ley de hidrocarburos.
La modificación de la ley de hidrocarburos aprobada el viernes pasado, en ausencia de los máximos responsables de medio ambiente, busca comprar a una opinión pública contraria a este tipo de proyectos, incentivando las prospecciones con el pago de tasas a ayuntamientos y a las personas propietarias del terreno.
Después de denunciar ante el constitucional la posibilidad de que las comunidades autónomas puedan prohibir las prospecciones utilizando esta agresiva técnica, ahora trata de ganar voluntades con beneficios económicos.
Esta ley supone un desprecio gubernamental a las verdaderas fuentes que pueden dar autosuficiencia energética, de una manera limpia: sol y viento. A las que, por el contrario desincentivan con la obligatoriedad de pagar un peaje.
«Ni con estas medidas van a conseguir frenar el rechazo popular al fracking y a las prospecciones No es tiempo de combustibles fósiles, sino de energías limpias» ha reclamado el el co-portavoz de EQUO Juantxo López de Uralde.