Para esta organización política ayer se traspasaron líneas rojas fundamentales en una democracia y Estado de Derechos. Un miembro de esta organización fue detenido en Sol.
EQUO ha denunciado el clima de represión y falta de libertad que se vivió ayer en Madrid por la coronación de Felipe VI y que estuvo marcado por dos hechos inaceptables en una democracia avanzada.
El primero de ellos fue la decisión de la Delegación del gobierno de prohibir las manifestaciones convocadas que reclamaban un referéndum sobre el modelo de Estado y/o una república. Y el segundo, la inaudita prohibición de mostrar banderas republicanas durante el recorrido del nuevo rey amparándose en un supuesto informe de la Abogacía del Estado.
Dos hechos insólitos insólitos en una democracia, que con la excusa de posibles alteraciones de orden público, difíciles de demostrar, limitaron de forma grave los Derechos Fundamentales.
La consecuencia de estos hechos fue una jornada marcada por los altercados y detenciones, tres por la mañana y siete detenidos por la tarde, y una actuación policial poco proporcionada.
En este sentido EQUO ha querido expresar su solidaridad y apoyo a uno de los detenidos, Santiago F., de 69 años, miembro de esta organización en el municipio madrileño de Móstoles, y detenido de forma absolutamente injusta y arbitraria. Santiago pasó en la comisaría y fue puesto en libertad anoche a las 2 de la madrugada.
Para EQUO estos hechos son de una inusitada gravedad y marcan un camino peligroso en nuestra democracia, por el cual solo algunas disidencias son permitidas, las que entran dentro del sistema, mientras que otras, la que piden cambios más de fondo, son brutalmente reprimidas y prohibidas, con el visto bueno, además, de los partidos mayoritarios.
EQUO ha afirmado que este tipo de actuaciones no hacen más que aumentar la brecha entre las instituciones y la ciudadanía, algo que quedo patente ayer en las calles de Madrid, vacías durante el recorrido real.
Para EQUO solo mediante una reforma profunda de nuestro actual sistema democrático, es decir con la puesta en marcha de un proceso constituyente que garantice más democracia, es posible poner fin a esa brecha. Todo lo demás serán parches de un sistema que hace aguas.